«Ana Paraguaya,» fue arrestada en São Paulo, bajo la acusación de ser la figura central de una red de tráfico de armas y drogas que abastecía a dos principales facciones criminales de Brasil.

Ana Lúcia Ferreira, alias «Ana Paraguaya,» fue arrestada el 2 de julio en Taubaté, São Paulo, bajo la acusación de ser la figura central en una sofisticada red de tráfico de armas y drogas que abastecía tanto al Primer Comando de la Capital (PCC) como al Comando Vermelho (CV), las dos principales facciones criminales de Brasil. La investigación, liderada por la Policía Civil de Río de Janeiro, reveló que «Ana Paraguaya» había estado operando esta ruta ilegal durante al menos una década, estableciendo una conexión directa entre el PCC y el CV.
La ruta de tráfico, meticulosamente organizada, involucraba el transporte de armas y drogas a través de varios estados brasileños, incluyendo Mato Grosso do Sul (MS), Minas Gerais (MG) y São Paulo (SP), antes de llegar a su destino final en las comunidades de Río de Janeiro. Este corredor criminal no solo facilitaba el movimiento de mercancías ilícitas, sino que también solidificaba la cooperación entre las dos organizaciones rivales, un hecho que preocupaba a las autoridades.
La posición de «Ana Paraguaya» en este entramado criminal no era casualidad. Su trayectoria personal la vinculó sentimentalmente con figuras clave de ambas facciones. Primero, contrajo matrimonio con Elton Leonel Rumich da Silva, conocido como «Galã,» un líder prominente del PCC en la frontera con Paraguay. Tras la muerte de «Galã,» estableció una relación con Fhillip da Silva Gregório, alias «Professor,» jefe del Comando Vermelho en el Complexo do Alemão. Estas relaciones personales le proporcionaron acceso a una extensa red de contactos influyentes dentro de ambas organizaciones, lo que le permitió ascender en la jerarquía criminal y consolidar su papel como coordinadora de la ruta de tráfico.
A pesar de no ser miembro «bautizado» oficialmente por el PCC, las autoridades la consideraban una pieza estratégica fundamental. Según las investigaciones, «Ana Paraguaya» era responsable de la negociación con los proveedores de armas y drogas, la coordinación de los fletes y el transporte de las cargas ilícitas. Para llevar a cabo estas operaciones, utilizaba rutas terrestres que atravesaban Ponta Porã (MS), Minas Gerais y São Paulo, ocultando las armas y drogas en camiones que transportaban mercancías comunes, como alimentos, para evitar la detección por parte de las autoridades.
Mientras orquestaba esta compleja red criminal, «Ana Paraguaya» mantenía una fachada de opulencia, ostentando un estilo de vida lujoso en las redes sociales, que contrastaba fuertemente con sus ingresos legales declarados. Durante su detención, la policía incautó un coche importado, símbolo de su elevado nivel de vida, evidenciando la rentabilidad de su actividad criminal.
El delegado Pedro Cassundé, a cargo de la investigación, destacó que «Ana Paraguaya» acumuló una vasta experiencia en el tráfico de armas y drogas gracias a sus estrechas relaciones con líderes del PCC que controlaban la frontera. La policía también divulgó vídeos que mostraban a criminales vinculados a la organización exhibiendo fusiles con silenciadores, munición de alto calibre y grandes sumas de dinero, lo que ilustraba el poder y el alcance de esta red.
La detención de «Ana Paraguaya» representa un golpe significativo para las organizaciones criminales, ya que interrumpe una de las principales rutas de suministro de armas y drogas hacia Río de Janeiro, que operaba de manera conjunta entre el PCC y el Comando Vermelho. Su arresto podría tener un impacto considerable en la dinámica del crimen organizado en la región, al menos a corto plazo, aunque la capacidad de estas organizaciones para adaptarse y encontrar nuevas rutas de suministro no debe subestimarse. Las investigaciones continúan para desmantelar por completo la red y llevar a la justicia a todos los implicados.
OG
