Juana María de Lara, una mujer clave en la gesta independentista

Se comienza a hablar de Juana María como la matrona paraguaya, abnegada, que oye la misa con el fervor de las almas cristianas y que además es la precursora «poética» de los colores patrios.
De los hechos más conocidos de la gesta libertaria del 14 y 15 de mayo de 1811, un nombre resalta y es el de Juana María de Lara. Es la representación femenina en la gesta independentista, ya que por escritos de historiadores se sabe que su papel no se limitó solo a ser la primera mujer que festejó el triunfo de la patria naciente, llevando un ramo de flores rojas, blancas y azules, que luego inspiraron los colores de la bandera.
Lara nació en 1760 en una antigua casona ubicada frente al convento de San Francisco, hoy lugar conocido como Loma Karapá del Barrio de la Chacarita. A los 27 años contrajo matrimonio con el capitán español José Díaz de Bedoya y en mayo de 1806 quedó viuda.
En su viudez, consagró su tiempo y sus bienes en obras de la caridad y de la iglesia, convirtiéndose en mayordoma de la orden de San Francisco.
Su trabajo como estafeta en la Catedral la llevó a convertirse en «mensajera secreta» de las conspiraciones a favor de la independencia paraguaya sin que nadie pudiera sospechar de ella. Vivía frente a la casa de los hermanos Martínez Sáenz, el sitio donde se realizaban las reuniones secretas y se mantenían al tanto de los planes a favor de la independencia.
No se descarta que también haya participado de dichas reuniones, sin embargo, su nombre no aparece en ningún acta, pudiendo deberse a que en la época era tan escasa la educación a las mujeres, que Juana probablemente no sabía escribir su propio nombre.
Su historia, por primera vez
La historia de Juana María se dio a conocer por primera vez luego de 80 años de la revolución, apareciendo en un discurso público en el año 1889 por el escritor y político liberal Juan Manuel Sosa Escalada, que en ese momento se encontraba exiliado y celebrando las fiestas patrias en el Centro Paraguayo Bonaerense en Buenos Aires, Argentina.
Se comienza a hablar de Juana María como la matrona paraguaya, abnegada, que oye la misa con el fervor de las almas cristianas y que además es la precursora «poética» de los colores patrios. La argumentación de Sosa Escalada sobre la «heroica mujer» llega a los textos escolares por medio de la divulgación de su lectura a través de la revista para maestros Kavure’i, en la edición del 12 de mayo de 1918.

La representación de la «heroica dama» se ajustaba a los ideales de comportamiento femenino de la época y comienza a reforzarse ese modelo que la ideología liberal esperaba de las mujeres. Hoy existe un importante trabajo de rescate sobre su vida y sus acciones, tratando de alejarla de la imagen mítica que se construyó sobre ella, para representarla como quien realmente fue: una de las involucradas principales en la revolución de la Independencia.
Juana María de Lara y Villanueva de Díaz de Bedoya fue declarada como Prócer de la Independencia Paraguaya según Decreto Ley N.º 4.082/10, convirtiéndose así en la única mujer prócer del Paraguay.
