Ínfimo incremento salarial

La Conasam confirma un aumento mínimo: G. 100 mil de suba para un pueblo que se empobrece. Una vez más, el salario mínimo sube menos de lo que baja el poder adquisitivo.
La Comisión Nacional de Salario Mínimo (Conasam) oficializó este miércoles su recomendación al Poder Ejecutivo: el salario mínimo en Paraguay tendrá un aumento del 3,6%, lo que representa G. 100.739 adicionales al ingreso base legal. Así, el salario mínimo pasará de G. 2.798.309 a G. 2.899.048 desde el 1 de julio de 2025, una vez que se emita el decreto presidencial.
Una decisión tomada sin consenso
El representante del sector empresarial en el Conasam, Enrique Vidal, informó que la decisión fue tomada por mayoría, no por unanimidad. «Fue un acuerdo en mayoría; sin embargo, no todos los miembros estuvieron de acuerdo, una persona se había retirado. Un miembro estuvo en desacuerdo, que es el representante de los trabajadores», explicó. Pese al pedido de los gremios obreros para enviar más de una propuesta al Ejecutivo, Vidal recordó que la ley obliga a remitir una única recomendación.
El ajuste más bajo de los últimos cinco años
Con el dato de 0% de inflación en mayo, el cálculo automático determinó que el ajuste de este año sea del 3,6%, el más bajo en términos porcentuales de los últimos cinco años. Ese porcentaje arroja un incremento de apenas G. 100.739. En otras palabras: el jornal mínimo pasará de G. 107.627 a G. 111.501.
Una canasta que sube, un salario que no alcanza
El contraste entre la frialdad de los números oficiales y la cruda realidad de la economía familiar es cada vez más notorio. Aunque el Banco Central del Paraguay haya reportado una inflación interanual contenida e incluso cero en mayo, los precios en las góndolas de los supermercados cuentan otra historia. Productos básicos como el arroz, la carne, el aceite y los lácteos aumentaron mes a mes, erosionando el poder adquisitivo del paraguayo común.
Los gremios de trabajadores y amplios sectores de la ciudadanía expresaron su frustración. Para ellos, la decisión de la Conasam no solo es insuficiente, sino también una señal de cómo el Estado sigue priorizando los intereses del empresariado por sobre la sobrevivencia de la clase obrera.
El Nacional
