Dip. Santiago Benitez: “Si el Gobierno no investiga a este señor (Aníbal Gómez), y a narcopolíticos de Amambay, si es necesario voy a pedir ayuda de la Embajada de los EEUU»

El diputado Santiago Benítez, se encuentra en el centro de una controversia pública que entrelaza acusaciones de persecución política, vínculos con el narcotráfico, y denuncias contra un periodista local, Aníbal Gómez Caballero.
Este conflicto, que se desarrolla en un contexto de creciente tensión en una región conocida por su alta incidencia de crimen organizado, ha escalado hasta involucrar potencialmente la intervención de la embajada de los Estados Unidos.
El eje central de la controversia radica en las acusaciones mutuas entre Benítez y Gómez Caballero. El diputado Benítez acusa al periodista Gómez Caballero de ser un «vocero de la narcopolítica» y de actuar en complicidad con su sobrino, Saúl Ruiz Gauto, en la orquestación de amenazas en su contra. Benítez afirma que estas intimidaciones fueron un montaje planeado para perjudicarlo, sugiriendo que Gómez Caballero habría recibido dinero de personas vinculadas al narcotráfico, específicamente de exdiputado “Lalo” Gómez. El diputado también ha calificado a Gómez Caballero como un «mercenario de la comunicación».
Ante este escenario, Benítez ha anunciado su intención de someterse a la justicia y ha solicitado una investigación a fondo de los «narcopolíticos» de Amambay. En un intento por demostrar su transparencia y colaboración con la investigación, Benítez presentó capturas de pantalla de chats que mantuvo con Saúl Ruiz en la Cámara de Diputados, ofreciendo además sus teléfonos celulares para ser analizados.
Un elemento particularmente llamativo es la declaración de Benítez de estar dispuesto a recurrir a la Embajada de los Estados Unidos en busca de ayuda. “Si el Gobierno no investiga a este señor (Aníbal Gómez), y a narcopolíticos de Amambay, si es necesario voy a pedir ayuda de la Embajada de los EEUU», manifestó el martes al pleno de la Cámara de Diputados. Esta afirmación sugiere que el diputado se considera un «perseguido político» y que confía en la asistencia internacional para garantizar su seguridad y la imparcialidad de la investigación. Esta decisión podría estar motivada por una desconfianza en las instituciones locales o por la percepción de que el caso tiene implicaciones que trascienden las fronteras nacionales.
En resumen, el caso del diputado Santiago Benítez ilustra la intrincada y peligrosa dinámica que se desarrolla en regiones afectadas por el narcotráfico y el crimen organizado. Las acusaciones mutuas, la solicitud de ayuda internacional y el temor por la seguridad personal son elementos que reflejan la fragilidad del estado de derecho y la urgencia de abordar las raíces del problema en Amambay. La resolución de este caso, y la investigación a fondo de las denuncias de corrupción y vínculos con el narcotráfico, serán cruciales para fortalecer la confianza en las instituciones y garantizar la seguridad de los ciudadanos en la región.
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