Costo de vida supera a salarios en la última década

El poder adquisitivo cayó 22% en Paraguay en la última década. El costo de vida subió más que los salarios, según datos oficiales.
Un estudio reciente advierte que el costo de vida en Paraguay creció un 50% en la última década, mientras que los salarios aumentaron apenas un 40% en el mismo periodo. Esta diferencia representa una pérdida del poder adquisitivo del 22%, lo que refleja que los ingresos de los trabajadores no han acompañado el ritmo de la inflación y del alza generalizada de precios.
El informe, elaborado con base en datos oficiales, señala que los alimentos, uno de los principales componentes del gasto familiar, tuvieron un incremento del 83% en diez años. En tanto, el rubro transporte, igualmente esencial, subió un 44%, afectando especialmente a los sectores de ingresos medios y bajos que dependen del transporte público o de vehículos propios para movilizarse diariamente.
El economista César Barreto explicó que esta pérdida sostenida del poder adquisitivo tiene múltiples causas, entre ellas la alta informalidad laboral, que reduce la capacidad de negociación salarial y limita el acceso a mecanismos de ajuste salarial por inflación. La precariedad en el empleo formal también impide que los trabajadores puedan mantener una estabilidad económica frente al aumento constante de los precios.

Barreto también indicó que las medidas en estudio por parte del Ministerio de Economía, como la implementación de un nuevo índice diferenciado de canasta básica para sectores de ingresos bajos, podrían tener efectos limitados en el corto plazo. En su análisis, estimó que dicho cambio no tendrá un impacto inmediato en la estructura del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Banco Central del Paraguay (BCP), al menos durante los próximos dos o tres años.
Contexto actual de inflación y salarios
De acuerdo con el último informe del BCP, la inflación acumulada en lo que va del 2025 es del 3%, mientras que la interanual se sitúa en 4%. Aunque estas cifras se mantienen dentro del rango de metas establecidas por la autoridad monetaria, la brecha entre ingresos y gastos continúa siendo un desafío estructural para la economía doméstica.
Este contexto refleja la necesidad de implementar políticas públicas que promuevan empleos formales, ajustes salariales vinculados a la inflación real, y una vigilancia más efectiva sobre los factores que presionan los precios básicos, especialmente en sectores como alimentos y transporte.
Fuente: Megacadena