El “jesuita paraguayo” Francisco, “fue elegido por Dios para mostrar el rostro humano de Jesús”

Asunción, Agencia IP.- En su libro póstumo “Crónicas de una Sociedad Líquida”, el escritor italiano más renombrado de los últimos tiempos Umberto Eco, analiza la identidad del Papa Francisco y se refiere a él como paraguayo y no argentino, “pues los jesuitas de Sudamérica se asentaron en Paraguay, como consultores de los indios guaraníes para sacarlos de la esclavitud. Eco tenía mucha estima por este Papa” , indicó Mario Andreose, uno de los editores de la obra al medio argentino La Nación.
El presbítero Alberto Rodríguez, el popular “Padre Piter”, apodado así por los jóvenes a quienes por mucho tiempo ofició misa en el Colegio Santa Clara de Asunción, como todos los católicos y no católicos del Paraguay que amaban al Papa Francisco, lamentó su partida al tiempo de señalar su legado.
“Desde el momento que el Cardenal Mario Bergoglio eligió el nombre de «Francisco», ya nos decía que él sería el Papa de la humildad, del amor, del servicio a los demás. Él nos compró (y a todo el mundo) con su eterna sonrisa, con su rostro que emanaba sinceridad y afabilidad”, dijo a la Agencia IP el cura que está actualmente al frente de la cuasiparroquia San Miguel Arcángel de Lambaré.

“Fue un Papa humano, sencillo, amigo de todos. Cada vez que un paraguayo lo saludaba, el accedía a hablar con él y aceptaba la chipa o el terere que le ofrecía. Era un Papa amigo-hermano”, manifestó el Padre Piter.
“Evidentemente fue elegido por Dios para mostrar el rostro humano de Jesús. De un Jesús cercano al pueblo, amigo del pueblo”, agregó.
“Y ahora, ya festeja en la patria Celestial, por haber cumplido su misión de amor, con mucha alegría y sencillez. Te amamos Francisco. Nos veremos pronto por allá”, remarcó el Padre , que nos insta a todos a seguir su ejemplo.
“Lo que yo aprendí del Papa Francisco es la sencillez de vida. Que por más que él haya sido el «Sumo Pontífice», nunca dejó de ser un hombre sencillo, bondadoso, amable, tierno, siempre sonriente, como diciendo con rostro relajado, que todo estaba bien, y que todo sucedería como Dios lo tiene planeado para nosotros. Su legado es que «Dios está a nuestro lado y que siempre nos sonríe». Eso es lo que yo siento en este momento, recordando al Papá Francisco”, concluyó el Pa´i.

El Papa Francisco, tenía un amor especial hacia el Paraguay, porque desde muy joven, este ser dotado de una mente analítica y curiosa, se interesó en conocer la historia de nuestro país, que sufrió casi el exterminio en la Guerra contra la Triple Alianza. Además de las lecturas que comentó haber realizado, aprendió de los testimonios de gente amiga cercana, como Esther Bellestrino de Careaga, una de las fundadoras de la Organización “Madres de la Plaza de Mayo”, asesinada en 1977 por la dictadura militar en Argentina. Esther, nacida en Uruguay, criada en Encarnación, Paraguay y luego radicada en Argentina. Ella fue su jefa en el laboratorio donde trabajo desde los 17 años, Jorge Mario Bergoglio, tras haberse recibido de técnico en química.

Hablar del Papa Francisco y su relación con Paraguay amerita una enciclopedia. Desde su labor pastoral en la Villa 21, donde tomaba tereré y comía chipa con cocido con los inmigrantes. Esa era la periferia que lo empujó a impulsar a todos los fieles a adentrarse en ella. Posteriormente vino su visita pastoral memorable al Paraguay en julio del 2015, donde movilizó a artistas como el inolvidable Delfin Roque “Koki” Ruiz, autor del retablo hecho con semillas, y otros frutos de la tierra.
Su admiración a la mujer paraguaya llegó al punto de proponerla para recibir de manera simbólica el Premio Nobel de la Paz. Radio Vaticana señaló que el 12 de febrero del 2014, durante la audiencia concedida a dos argentinos que estuvieron exiliados en Suecia, habló de los miles de inmigrantes , recordando a bolivianos y paraguayos de los asentamientos en Argentina. «Yo desearía que algún día el Comité del Premio Nobel le otorgara el Premio Nobel a la mujer paraguaya por haber salvado la cultura, la Patria«, propuso el papa, en declaraciones durante dicha reunión.

El Papa Francisco, el hijo de italianos, nacido en Argentina, “Jesuíta paraguayo”, legó al Paraguay un título perenne:
«Ustedes saben que en toda América la mujer paraguaya es la mujer más gloriosa. Porque esa mujer, la mujer del Paraguay, supo asumir un país derrotado por la injusticia y los intereses internacionales. Y ante esa derrota, llevó adelante la patria, la lengua y la fe. Por eso es doblemente gloriosa esta imagen, por ser la madre de Dios y por ser paraguaya».

