Tesis en venta: la educación superior bajo sospecha
LA EDUCACION UNIVERSITARIA EN GORRA
Por Osvaldo Paniagua
Una historia repetida
“Tenía que graduarme sí o sí ese año. Mi familia ya había invertido demasiado y yo no podía darme el lujo de aplazarme. El profesor me dijo: ‘si querés asegurar tu defensa, te ayudo para la asesoría’. No tuve opción: pagué el equivalente a dos salarios mínimos.” Mitad al inicio y la otra mitad a la entrega del trabajo.
El relato de Juan (nombre ficticio), egresado de Ciencias Contables, refleja lo que ocurre en varias universidades del país. Los mismos profesores que imparten cátedras ofrecen asesorías privadas para elaborar tesis y proyectos de grado. Luego, en un claro conflicto de intereses, se sientan en el jurado que aprueba o desaprueba esos mismos trabajos.
Otros catedráticos mas avivados tienen sus socios fuera de la institucion y es quien cobra y se encarga de repartir el dinero con el docente y/o los directivos
Lo mas grave es que directivos de las instituciones lo saben y callan. Por qué?
El precio de un título
Los montos varían, pero los testimonios hablan de cifras elevadas. Una estudiante de Enfermería asegura que desembolsó más de tres millones de guaraníes por un trabajo que “ni siquiera entendía del todo” pero que fue aprobado sin objeciones. “Era eso o seguir pagando matrícula cada semestre y propostergar la tenencia de su título”, confiesa.
El negocio florece porque los jóvenes sienten que no tienen alternativas. La presión por terminar, la falta de acompañamiento institucional y el miedo a represalias hacen que la mayoría acepte pagar.
Connivencia y silencio
El problema va más allá de algunos docentes aislados. Coordinadores de carrera y directores de facultades toleran, y en algunos casos promueven, este mercado paralelo de tesis. Según fuentes internas, parte del dinero recaudado termina “aceitando” la estructura, garantizando que nadie investigue.
El silencio es la norma. Los estudiantes, atrapados entre la indignación y la necesidad de graduarse, optan por callar. Las denuncias formales son escasas, y cuando aparecen, se diluyen en la burocracia o se toman represalias contra los estudiantes y docentes que denuncian ante las autoridades.
Consecuencias que trascienden el aula
El daño, sin embargo, es profundo. Profesionales que jamás realizaron un proceso real de investigación salen al mercado laboral con títulos legítimos, pero con un conocimiento superficial. Áreas como la salud, la educación, la ingeniería , la administracion, la contabilidad y el derecho se ven directamente afectadas.
“Estamos fabricando profesionales de papel. El resultado es un sistema laboral más frágil y una sociedad menos preparada para enfrentar desafíos complejos”, advierte la socióloga Marta Benítez, especialista en ética educativa.
El costo social de la corrupción académica
El impacto no se mide solo en dinero. La práctica erosiona la credibilidad de las universidades, mina la confianza de la sociedad en los títulos y deteriora la cultura del esfuerzo. La corrupción académica se convierte en un reflejo de un problema mayor: la normalización de la trampa como estrategia de vida.
¿Quién controla a los controladores?
Los entes reguladores parecen ausentes. Ni el Ministerio de Educación ni las agencias de acreditación han implementado mecanismos claros para auditar estos procesos. La falta de fiscalización abre la puerta a que la práctica se extienda como norma.
Los expertos sugieren medidas urgentes:
- Prohibir legalmente que un docente sea asesor privado de sus propios estudiantes.
- Aleatoriamente exigir a un egresado y como condición sine qua nom para acceder al titulo, a presentar en exposición ante un jurado de expertos objetivo e independiente, defendiendo su tesis. Es como la revalida en Brasil
- Crear observatórios de transparência académica independiente.
- Implementar caneles de denuncia anónimos.
- Establecer sanciones ejemplares para los involucrados.
Una conclusión incómoda
El negocio de las tesis en venta no solo estafa a los estudiantes, sino también a la sociedad que recibirá a esos futuros profesionales. La educación pierde valor y el conocimiento se convierte en mercancía.
Mientras las universidades sigan funcionando bajo esta lógica perversa, seguiremos multiplicando títulos vacíos y futuros inciertos.
Para próximas entregas solicitare opinión y parecer de empresarios que contratan a universitarios para el trabajo como elevare notas al MEC, al CONES y a la ANEAES exponiendo esta situación.

