Sepa qué puesto ocupa Paraguay en la lista de los países en «Riesgo de Latinoamérica 2025»

El Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), también conocido como riesgo país, es una herramienta fundamental para evaluar cómo los inversores perciben el riesgo y la estabilidad económica de los países emergentes.
Desarrollado por JPMorgan Chase & Co., este indicador compara los rendimientos de los bonos soberanos de dichos países con los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. La diferencia entre ambos rendimientos refleja el nivel de riesgo asumido por los inversores, convirtiéndose en un barómetro clave de las condiciones económicas en mercados emergentes.
En este contexto, el año 2024 marcó un hito importante para América Latina. Países como Argentina, Ecuador y El Salvador lograron reducir significativamente sus EMBI, mostrando un incremento en la confianza de los inversores gracias a las políticas económicas implementadas. Esta tendencia optimista derivó en una percepción de menor riesgo, consolidando perspectivas favorables para la región.
Paraguay
Paraguay ocupa el séptimo puesto con un puntaje de 317 de riesgo país entre los 17 países analizados. Analizaremos en más detalles los factores que juegan a favor o en contra para ocupar esa meridiana ubicación. Factores económicos, políticos y por supuesto los relativos al cuidado del medio ambiente son los más delicados a la hora de analizar los países.
Por otro lado, la desigualdad socioeconómica, las deficiencias estructurales, la falta de transparencia, el desempleo, etc. Son unos de los factores clave de igual forma para determinar el «riesgo» que implica instalar inversiones en la nación. Si bien Paraguay luce los músculos de una macroeconomía estable, este índice pone de manifiesto que, si Paraguay quiere representar menos riesgo, debe dar un golpe de timón a las aristas mencionadas.
En ese aspecto, Uruguay tiene la clave en la región porque según JP Morgan es en efecto el país que representa menos riesgoso para las inversiones con 89 puntos básicos.
Venezuela
Con un índice de 24.970 puntos básicos, Venezuela presenta el riesgo país más alto de América. Esta cifra extremadamente elevada refleja una percepción muy crítica por parte de los mercados financieros respecto a la economía del país.
Bolivia
En el segundo lugar se encuentra Bolivia, con un riesgo país de 2.092 puntos básicos. Aunque considerablemente más bajo que el de Venezuela, este valor sigue indicando preocupaciones significativas sobre su estabilidad económica y política en comparación con otros países de la región.
Argentina
A principios de 2025, Argentina comenzó manteniendo la mejora en su EMBI observada en 2024, cerrando ese año con 641 puntos básicos. Sin embargo, esta tendencia positiva no perduró, y el índice repuntó nuevamente hasta alcanzar los mismos 641 puntos a mediados de enero. Este incremento refleja las inquietudes persistentes en torno a la sostenibilidad económica y la volatilidad financiera del país.
Factores que moldean el EMBI en América Latina para 2025
La evolución del EMBI en América Latina para 2025 estará determinada por una combinación de elementos económicos y políticos que influirán directamente en la percepción de riesgo de los inversores internacionales.

Factores económicos clave
– Políticas fiscales responsables
Un enfoque equilibrado en las políticas fiscales será crucial para generar confianza en los mercados. Los países que logren controlar el gasto público, reducir déficits fiscales y mantener planes claros para la sostenibilidad de la deuda serán vistos como más estables. Esto implica mejorar la recaudación tributaria sin perjudicar el crecimiento económico ni incurrir en niveles problemáticos de endeudamiento.
– Atracción de inversión extranjera
Un entorno atractivo para la inversión extranjera, apoyado por incentivos económicos, apertura de mercados y estabilidad jurídica, podría ayudar a bajar los índices de riesgo país. Simplificar trámites y proteger los derechos de los inversores serán estrategias fundamentales para fortalecer las economías emergentes.
– Crecimiento económico y diversificación
El crecimiento económico sostenido y la reducción de la dependencia de materias primas serán determinantes para minimizar riesgos. Sectores como tecnología avanzada, turismo y manufacturas diversificadas contribuirán a una mayor resiliencia ante crisis globales.
– Control de inflación y tasas de interés
Contener la inflación y estabilizar las tasas de interés será esencial para consolidar un clima económico predecible. Tasas elevadas pueden generar incertidumbre y elevar los costos financieros derivados de la deuda pública.
Factores políticos determinantes
– Estabilidad política y gobernabilidad
La estabilidad política y una gobernabilidad predecible juegan un papel protagonista en la percepción del riesgo país. Por el contrario, conflictos sociales, incertidumbre política o cambios abruptos en las políticas económicas suelen repercutir negativamente en el EMBI. Adoptar estrategias consensuadas que promuevan equilibrios internos contribuirá a fortalecer la confianza inversora en la región.
En síntesis, la combinación de políticas económicas sólidas y estabilidad política será determinante para que los países latinoamericanos logren mejorar sus calificaciones según el EMBI en este año clave para su desarrollo económico.
Transparencia y lucha contra la corrupción
Mejorar la percepción de transparencia en la gestión pública y consolidar un combate efectivo contra la corrupción son elementos clave para fortalecer la confianza en los mercados emergentes. Los países con instituciones sólidas tienden a asumir menores niveles de riesgo, lo que beneficia tanto a su economía interna como a su atracción de inversiones.
Los períodos electorales suelen estar acompañados de un aumento en la volatilidad de los mercados financieros. La posibilidad de cambios en las políticas económicas o la incertidumbre respecto a la continuidad de programas gubernamentales genera mayor nerviosismo en los inversores, lo que puede incrementar el riesgo país.

La estabilidad en las relaciones con socios comerciales estratégicos y la integración en acuerdos internacionales de libre comercio son factores cruciales para reducir la percepción de riesgo. Por el contrario, las disputas comerciales o tensiones diplomáticas pueden tener un efecto negativo, elevando indicadores como el EMBI.
Desafíos estructurales y vulnerabilidades económicas
Los problemas estructurales representan un obstáculo significativo para mejorar el perfil de riesgo país. Factores como altos niveles de endeudamiento, dependencia excesiva de las materias primas, sistemas financieros débiles y deficiencias en infraestructura son causas recurrentes de fragilidad económica, entre las que destacan:
– Dependencia de recursos naturales: Las economías dependientes de la exportación de commodities están altamente expuestas a las fluctuaciones de los precios internacionales.
– Desigualdad social y desempleo: Niveles elevados de pobreza e inequidad social pueden derivar en inestabilidad política y económica.
– Impactos del cambio climático: La exposición a fenómenos climáticos extremos afecta no solo las perspectivas de crecimiento económico, sino también la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras.
En suma, se prevé que América Latina enfrente un escenario complejo, marcado por una mezcla de desafíos y oportunidades. Aquellos países que logren implementar políticas eficaces de consolidación fiscal, garantizar estabilidad política y promover la inversión extranjera estarán mejor preparados para reducir su nivel de riesgo país y mejorar sus condiciones de financiamiento. En cambio, los estados que ignoren sus debilidades estructurales seguirán enfrentando dificultades para acceder a recursos financieros en términos favorables.

