Estacioneros, una tradición que sigue de generación en generación

Todos ingresan con la misma solemnidad y en perfecta formación se hincan ante el calvario en señal de humildad y respeto mientras cantan. Luego rezan un Padrenuestro, una Avemaría y un Gloria.
Una canción triste y melancólica que puede arrancar lágrimas y ayudar a la reflexión. En la solemnidad del Viernes Santo, los estacioneros hacen escuchar sus cánticos lastimeros y cadenciosos para conmemorar la pasión y muerte de Jesús en Ñemby. Pero aparte del sentido religioso, mantienen viva una tradición que va de generación en generación y que, pese a la sorpresa de muchos, se promueve entre los jóvenes.
«Veía a mi papá salir cada Semana Santa a cumplir su rol de estacionero, ahora yo lo hago también con mucho fervor», señaló a El Nacional Roberto Areco, de Luque. Tanto él como toda su familia forma parte de un grupo de estacioneros que rinde tributo a su fe en estos días santos.
«Sabemos que esto es una tradición en nuestro país, pero aparte de eso, ser estacionero ayuda a vivir una experiencia satisfactoria a los jóvenes porque participamos de lleno en la festividad de la Semana Santa. Toda esa actividad vivimos muy de cerca y devotamente», agregó el joven.
«Hace años que vengo escuchando que esta tradición iba a morir con el paso del tiempo, pero no. Sigue intacta, igual o mejor que antes. Los jóvenes toman el papel que vieron en sus abuelos, en sus padres o tíos y siguen, esto pasa de generación en generación y no va a acabar nunca», señaló.
Los estacioneros de Luque demuestran que son profetas en su tierra, pues además de atraer a miles de feligreses para la celebración de la Semana Santa, también atraen a turistas y fieles de otras ciudades que reviven la pasión de Cristo con verdadero fervor y entusiasmo.
Cada persona tiene su lugar en el grupo. El banderero es el guía que toma el camino que le indica el maestro, los demás siguen. En cada grupo se intercalan uno de primera voz con otro de segunda para que se pueda lograr el sonido deseado. «No existen notas. Por eso el maestro debe tener en su mente la tonada y el ritmo para canciones más lentas o con más ritmo», expresó.
Lunes, Martes y Miércoles Santos
De acuerdo a la tradición de la Semana Santa, de lunes a miércoles son de preparación. Algunas familias acostumbran a hacer chipa en sus diferentes variedades y formas (argolla, planas, con formas de animales). También se prepara la sopa paraguaya y otras comidas tradicionales como pollo al horno, carnes variadas, todo para compartir con la familia, amigos y vecinos. «Estar alrededor del tatakua para hacer la chipa en familia es lo más lindo que existe», contó emocionada doña María Morel, de San Lorenzo.
«La llegada de la Pascua es un momento de alegría, es el período que pone fin al tiempo de reflexión acerca de lo vivido por Jesús, para dar paso a una nueva etapa en que se recuerda la resurrección de Cristo y con ella se inicia una nueva vida para cada creyente», sostuvo el sacerdote Carlos Villalba a El Nacional.
El Nacional
